22 oct 2012

DISCRIMINACIÓN SALARIAL Y SEGREGACIÓN LABORAL POR GÉNERO

El aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo, se hizo más notorio a partir de 1945 y coincidió con la rápida expansión económica que precedió  a la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, se ha observado la existencia de un fenómeno discriminador a raíz del cual el género al que pertenece el trabajador ha definido la ocupación y la remuneración del mismo, sin importar sus habilidades y capacidades individuales. Lo anterior es un indicio de que el aumento de las mujeres como porcentaje de la oferta laboral total, trajo consigo un efecto discriminador y segregador en contra de esta clase de mano de obra.

La discriminación salarial ocurre cuando un individuo similar a otro, del cual sólo difiere en raza, sexo u otras características personales, recibe una menor remuneración por razones diferentes al desempeño en su actividad laboral. La segregación laboral, por su parte, ocurre cuando a los individuos de un grupo específico, mujeres, negros, indígenas, se les asigna ciertas ocupaciones únicamente por   pertenecer a dicho grupo. (Tenjo & Herrera, 2009).

Con el pasar de los años, la mujer ha logrado escalar posiciones dentro del mercado  laboral y la segregación se ha visto disminuida, pero no ha desaparecido del todo,  al igual que la discriminación salarial. Estudios revelan que en las tres áreas continúa existiendo discriminación y que esta afecta el bienestar económico y social de la población femenina. 
Para evitar esta situación podrían implementarse políticas que busquen eliminar,  en primera instancia, la discriminación en el acceso al empleo; por ejemplo, debería  eliminarse de los formatos de hojas de vida cualquier información referente al estado  civil del individuo, ya que esta variable no está directamente relacionada con las  capacidades laborales del individuo y, por lo tanto, no debería ser de interés para el  empleador.

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